Una tarde lluviosa en Nueva York, Yena Kim le puso un jersey a su perro Bodhi y le hizo una foto. El animal parecía contento y empezó a posar como un profesional.
“Compartí las fotos en mis perfiles sociales y al día siguiente Bodhi apareció en la revista GQ”, comenta la orgullosa dueña. “Creía que era una broma estúpida que sólo me hacía gracia a mí, pero resulta que mucha otra gente comparte mi mismo sentido del humor”.
Ni cortas ni perezosas, varias marcas se pusieron en contacto con Yena Kim y el resultado fue Menswear Dog, uno de los primeros perfiles sociales de mascotas influencers. La agencia HelloSociety, especializada en marketing de redes sociales, tomo rápida nota del fenómeno y contrató a Bodhi como influencer. Y es que según Kyle Brennan, socia fundadora de la mencionada agencia, “las cuentas de las mascotas pueden captar diez veces más usuarios que las de influencers humanos”. Ver para creer…