Buenrrollito narcisista

Lunes, 02 de abril 2012

Un vídeo de la ONG Invisible Children se convierte en un fenómeno viral. Pero, ¿quién es más protagonista, su autor o la denuncia contra el criminal Kony?

Vaya por delante mi más absoluto desprecio para el señor de la guerra Joseph Kony, adalid del LRA (Ejército de Resistencia del Señor, en sus siglas en inglés), un grupo paramilitar que secuestra niños y niñas para convertirlos en soldados y esclavas sexuales.

 

Como lo que sigue no es nada amable con Jason Russell, uno de los más esforzados enemigos del abyecto Kony, el que lo suscribe corre el riesgo de ser acusado de defender a quien ocupa una posición destacada en la historia universal de la infamia; pero aún así, hay razones más que suficientes para desenmascarar ciertas estrategias de comunicación, y el exhibicionismo de quien las emprende.

 

La manipulación de los ideales de la juventud y de las personas de buen corazón en general puede dar lugar a disparates contraproducentes, cuando no a cosas peores. Con perdón de la pedantería, es esa manipulación de las buenas intenciones la que lleva a Laertes a enfrentarse en duelo a espada con su amigo Hamlet y desatar un trágico final en el que muere hasta el apuntador. O sea, que la cosa es bien conocida desde hace tiempo.

 

Tampoco el más elocuente es necesariamente el que dice la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Hay mentiras y verdades a medias mucho más emocionantes y convincentes que la descripción objetiva de los hechos, y de eso saben mucho los abogados y sofistas.

 

Lo que pasó con el cine de Leni Riefenstahl, la radio de Orson Welles y la televisión de Berlusconi tenía que pasar tarde o temprano con Internet. O sea, que un hábil manipulador de las posibilidades de la nueva tecnología consiga movilizar a las masas anulando su capacidad crítica a base de emociones embriagadoras. En este caso, Jason Russell por lo menos ha utilizado una buena causa para lucirse, y eso hay que concedérselo frente a quien hizo con la tecnología panegíricos de un führer o utilizó el sexo televisado para llegar a la presidencia de una república europea.

 

El señor Jason Russell, detenido recientemente por masturbarse en la calle a plena luz del día (vídeo que también puede verse en Youtube, como el de Kony; que así de implacable es la nueva era de las telecomunicaciones) es autor del viral que más rápidamente se ha extendido por la Red en toda su historia (el de Kony, no el de su escándalo público). La lucha contra un secuestrador de niños y mutilador empedernido de personas inocentes es una causa tan encomiable como otras muchas que también tienen videos de concienciación en Internet; pero que -como no han sido realizados con la creatividad y estilo de Russell (ni con su presupuesto)- no se viralizan tanto. Como ocurre en los juicios, una cosa es la justicia y otra que te defienda el mejor abogado, y no siempre coinciden.

 

La ONG que está detrás de este video se llama Invisible Children, nombre que alude a la condición de miles de niños víctimas de la más atroz violencia y condenados al olvido por la comunidad internacional. Tiene algo de sarcasmo que un invisible recurra a la ayuda de un exhibicionista. Precisamente la estrategia de la campaña de Russell a la que pertenece el vídeo Kony consiste en hacer visible el problema. Muy oportuno. Los hechos demuestran que a Russell se le da bien eso de hacer “visibles” no sólo los problemas del mundo, sino también otras cosas. Testimonios en primera persona de víctimas de esta barbarie (amigos personales de Russell), movilizaciones ciudadanas a lo happening (dirigidas megáfono en mano por Russell) y hasta la opinión de un niño (el hijo de Russell) que con toda su inocencia explica en pocas y sencillas palabras lo que los adultos no acaban de comprender forman parte del aderezo de este famoso viral.

 

Podría soportar el desmesurado ego de Russell si eso sirviera para combatir al diabólico Kony, pero resulta que otra gente mucho más humilde pero no menos informada ni experimentada en el problema está diciendo en la Red (en aburridas páginas sin música ni niños ni movilizaciones ciudadanas a lo happening) que el vídeo está lleno de inexactitudes, es manipulativo y demagógico y está entorpeciendo la labor de muchos cooperantes, voluntarios y profesionales que llevan años combatiendo este problema. ¿De quién vamos a fiarnos más, de quien más nos entretiene y emociona o de quien más fundamento y objetividad tiene en su exposición?

 

Javier San Román

Editor de la Revista Interactiva

 

 

KONY 2012 from INVISIBLE CHILDREN on Vimeo.


 
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