Los consumidores han hablado alto y claro. La nueva era digital es lo que tiene: las redes sociales se han convertido en un poderoso altavoz para que todos y cada uno de nosotros podamos hacer llegar a las marcas nuestras quejas, sugerencias y comentarios.
En este caso le ha tocado a Dove, la marca que presume de fomentar la belleza natural y que ahora ha cometido un error desastroso: difundir en Facebook un anuncio en el que una mujer negra se "transforma" en una mujer blanca tras quitarse una camiseta y utilizar un gel de la marca. Intolerable, ¿no? Así lo creyó la maquilladora Naomi Leann Blake, quien no tardó en compartir un pantallazo del desafortunado anuncio con el texto: "La publicidad de Dove es racista, irresponsable, insensible, desagradable y debería recibir el premio de la cebolla podrida". Y la crítica se extendió como la pólvora por las redes, junto a una campaña social para boicotear los productos de la marca bajo el hashtag #BoycottDove.
Dove tuvo que eliminar la campaña y pedir disculpas a los consumidores: "Nuestra intención de representar a mujeres de color de forma original no fue reflejada en la publicidad. Nos arrepentimos profundamente del daño causado. Tomamos nota de los comentarios para nuestras decisiones en el futuro".