La presión para producir es un obstáculo que puede matar nuestra creatividad. Por eso debemos parar de vez en cuando y... jugar.
Takahashi, creador de juguetes japonés, nos propone Shiritori, un juego muy sencillo que conecta palabras al azar. A partir de ese ejercicio podemos comenzar a crear cosas nuevas, sin temer a las ideas ridículas.