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Los débiles cimientos de la crisis

Los débiles cimientos de la crisis
Jueves, 18 de abril 2013

Fernando Encinar, parte fundamental de Idealista, ha conocido la fiesta y la resaca del sector inmobiliario de nuestro país. Bienvenidos a la nueva realidad española.

El portal inmobiliario Idealista es en nuestro país, desde el año 2000, lo mismo que hasta ese momento las farolas, los árboles o los cristales de las panaderías. Pero es el comienzo del siglo XXI el que inicia esta trasformación progresiva que ha cambiado, entre otros, sectores como el inmobiliario, el de motor o el de viajes. Y a partir de su nacimiento, la Red cambió aún más: “En el momento que lanzamos el portal, contábamos en España con cuatro millones de usuarios en la Red a 512k y pagaban por cada minuto que se conectaban. A día de hoy, contamos contamos con 25 millones que usan conexión ADSL y pagan por tarifa plana, de lo que se deduce que el perfil del usuario ha cambiado radicalmente”, afirma Fernando Encinar (@fencinar), director de estudios y co-fundador del portal inmobiliario online con más solera en nuestro país, a través del que se ayuda al público a buscar casa de alquiler, de compra... en un entorno en el que, como hemos dicho anteriormente, han cambiado los consumidores, pero también los anunciantes. “Antes eran más agencias inmobiliarias y franquicias o promotoras, mientras que ahora hay muchos bancos; siguen las agencias, pero no hay promotores”. Y ha cambiado incluso la forma y la información que demandamos a la hora de buscar piso, una labor en la que ofrecer “imágenes del inmueble es requisito imprescindible si se desea vender”.

La trayectoria de Idealista es sinónimo de adaptación. De hecho, han atravesado dos burbujas que “nos estallaron en la cara: la puntocom y, desde 2007, la inmobiliaria. Pero hemos querido seguir con nuestro empeño de ayudar a la gente a buscar casa”. De hecho en 2007, momento en el que el portal fue el rompeolas con el que golpeó primero la crisis inmobiliaria, la firma tuvo que cerrar dos oficinas en España –Valencia y Gijón– y otras dos en Italia, medida que fue clave en la supervivencia de Idealista que, no obstante, cuenta con una necesidad básica en los usuarios: la de encontrar casa aunque haya crisis.

Otra curiosidad es que, en el lanzamiento de Idealista, la firma competía con más de cuarenta portales inmobiliarios, mientras que “a día de hoy creo que hay dos grandes actores en este mercado en España, una situación en la que hemos tenido que innovar en respuesta al usuario, usabilidad, posicionamiento de marca, notoriedad… y esto es algo que me obliga a pensar que se ha roto el duopolio. Pero, más allá, sigue habiendo mucha gente con muchas ganas de hacer cosas y muchas empresas”. Eso sí, para Fernando no hay competidor pequeño: “Ya sabes que la historia está llena de grandes compañías que nunca pensaron que no iban a representar nada en el mercado. Sin dar nombres, sólo tienes que fijarte en el sector de la telefonía, o ¿quién iba a pensar hace años que Apple revolucionaría ese entorno? Pez que se duerme, se lo lleva la corriente…”.

Un segundo motivo por el que nos hemos acercado a las céntricas oficinas de Idealista en Madrid es el de sus campañas publicitarias. En 2012 lanzaron un spot interesante que, bajo el claim ‘¡Búscate una casa!’, mostraba parejas dentro de los coches pilladas in fraganti justo en los prolegómenos de sus relaciones sexuales. Imágenes sugerentes y divertidas “que conformaron un verdadero case study. Como nacimos en 2000, hoy somos la web que para muchos jóvenes es donde buscaban casa sus padres. Y queríamos dirigirnos también a los jóvenes que buscan alquiler, una de las columnas que vertebra nuestro portal. Queríamos trasladar a este público el espíritu de la empresa, llena de gente con mucho talento, inconformista y gamberra”. El proyecto de las ‘pilladas’ pareció en un principio arriesgado, pero muy acorde al target, aunque sabían dónde se estaban metiendo. “Intuíamos que iba a ser notoria, pero no queríamos polémicas. Al final tuvimos las dos cosas. La verdad es que lo que ocurrió fue que aportamos una buena publicidad ‘buenrrollista’ a una parrilla llena de spots emocionales y familiares desde hace unos años… Así me explico cómo algunos anunciantes no se arriesgan en sus campañas, recibimos críticas y alguna denuncia a la oficina del consumidor creo recordar. Autocontrol nos dio el OK con franja horaria”. Eso sí, a día de hoy el proyecto tendría también luz verde por varias razones: consiguió una identificación, una cohesión y un orgullo muy notorios en los empleados del portal: “Realmente nuestros empleados se sentían orgullosos de trabajar aquí. Eso fue algo importantísimo ya que el proyecto es de desarrollo interno, hasta el casting e incluso los coches son los nuestros.

La campaña, que fue pudorosa, pero saturaba por la rapidez, llevó a la gente a creer ver más de lo que vio. Y estoy seguro de que si el anuncio no muestra alguna pareja de homosexuales tampoco hubiese creado tanta controversia”. El resultado vino en forma de más de 15000 tuits (en el 98% de los casos, extremadamente positivos y provenientes de gente joven), mientras que en Facebook el apoyo también fue muy grande, pero recibieron críticas más severas, además de figurar como una de las campañas más notorias de 2012, y sólo perdieron un cliente, al resto les gustó. Y la campaña se tuvo que emitir con partes pixeladas, algo que pareció incluso una buena idea en la compañía a la hora de sugerir.

De hecho, Jesús Encinar, director de Idealista, afirmaba en aquellos días en su blog: “Pensamos que podía funcionar. Lo de mostrar las imágenes borrosas y que no pudiesen verse me gustó especialmente porque me recordaba las imágenes pornográficas del artista alemán Thomas Ruff, que toma imágenes de Internet y las muestra borrosas en gigantescas fotografías. El efecto es que hace las imágenes aún más eróticas”. Este año hemos visto cómo esos protagonistas del spot tenían casa en un nuevo spot emitido en Telecinco y en La Sexta, “siguen practicando sexo con pasión y gemidos, pero lo que ocurre es que molestan al vecino, que es el que sale en la imagen y al que se le recomienda ir a Idealista a buscar casa. Insisto, necesitamos anuncios más transgresores como en Brasil”.

Otra idea atractiva es la serie online que han lanzado hace poco, ‘60 metros cuadrados’, “un proyecto personal en forma de webserie con medios escasos sobre gente que comparte piso, un foco que nos preocupa mucho. Fuimos los primeros en sacar una sección de compartición en 2006. La producción me gustó, hablé con su creador, que estaba trabajando en la segunda temporada, y decidimos vincular las dos marcas. Está funcionando genial dentro de sus parámetros y andamos hablando ya sobre una tercera entrega”.

 

 

El tercer ‘eje’ de esta conversación es el del mundo de los emprendedores, una auténtica necesidad en nuestra país, con una atención mediática y social, pero llena de miedo y de mucho ruido. “Necesitamos hablar más de empresarios y menos de emprendedores. Este último término lleva un buenrrollismo muy grande, pero cuando piensas en empresarios ese halo de atracción se cae y al final es lo mismo, los empresarios son emprendedores que generan riqueza, puestos de trabajo y expansión de sus negocios. Hablamos mucho y bien de emprendedores, y poco y mal de los empresarios”, afirma Fernando, quien añade que hay factores que vienen muy bien si usted, querido lector, está animado a emprender, una actividad que está hoy de moda, “hace años teníamos la imagen, sobre todo en Internet, de bandoleros de Sierra Morena que venían a sacar todo lo que podían. Los costes han bajado mucho, ya que montar una plataforma en 2000 costaba 600000 euros, y hoy con tres o cuatro mil euros tienes respuestas tecnológicas muy buenas”. A ello añadimos que muchos negocios han migrado a digital. Eso sí, “hay una saturación de proyectos que llevan a cabo emprendedores que cuesta rematar, tenemos que hablar menos de emprendimiento y hay que trabajar más en los proyectos en los que te metes, eso es al menos lo que me gusta a mí”.

No podíamos dejar nuestra cita con Fernando sin preguntarle por el complejo panorama de nuestro país, lleno de términos que hasta hace poco ni manejábamos como ‘desahucio’ o ‘dación en pago’, por hablar sólo de algunos. Y aunque Fernando siempre rehúsa hacer predicciones, sí nos da su opinión, la misma que ofrece en Twitter diariamente. “Me he vuelto mayor… Y si en 2004 lanzamos el primer libro sobre la burbuja inmobiliaria desde Idealista, cuando nadie hablaba de eso, ahora no tengo reparo en recibir críticas por pedir algo de sentido común. La crisis nos está secuestrando la razón y la cordura, hemos perdido criterio a la hora de hablar de un tema gravísimo como es el de los deshaucios, en el que lo fácil es poner muertes sobre la mesa, hablar desde las vísceras y utilizar casquería. El problema es que cualquier medida que tomemos hoy afecta a nuestro futuro. No estoy en contra de la dación en pago si es a partir de ahora, no retroactiva, y si aceptamos todos consecuencias como que la gente ahora se empezará a hipotecar a Euribor más nueve. Quienes exigen hoy la dación de pago al gobierno le exigirán también que obliguen a los bancos a dar hipotecas dentro de cinco años. Eso sí, la dación de pago retroactiva es el suicidio financiero del país, se destruirá lo construido y nos inventaremos otro país; si es lo que quiere la mayoría adelante, pero no puedo dejar de criticarlo. En las tertulias de televisión necesitamos más economistas y menos periodistas gritones hablando sobre este asunto”.

 


 
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