Hasta hace pocos días, Miravete de la Sierra era un pequeñísimo y olvidado pueblo de Teruel. Eso hasta que la agencia Shackleton decidió poner sus ojos en él. Su tamaño (sólo 12 habitantes) no ha cambiado, pero sí su repercusión. Gracias a la web www.elpuebloenelquenuncapasanada.com, cualquiera puede descubrir los encantos de esta minúscula población a través de, entre otros recursos, una recreación digital en 3D de todo el municipio.
Al teclear la dirección de la web, lo primero que nos encontramos es a Providencia, ilustre habitante del pueblo, pidiéndonos que ajustemos los altavoces del ordenador para poder escucharla tarareando La Tarara, valga la redundancia. A continuación, Cristóbal, otro lugareño, ejerce de guía interactivo mientras nos acompaña en un paseo de gran realismo por Miravete, comentando en continuo tono irónico y jocoso las rarezas que encierra y las singularidades de sus vecinos.
La campaña no esconde en ningún momento la falta de atractivos, actividad y en difinitiva 'vidilla' del pueblo. De hecho, la agencia lo elogió precisamente por su simpleza, tratando de encontrar un pueblo descaradamente soso y donde nunca pasara nada.
"El tiempo no pasa ni adelantando la hora", comenta Cristóbal en un momento del paseo, y poco después ironiza sobresaltado: "Parece que ha brotado una flor nueva, seguro que será el tema del día".
El claim, "el pueblo en el que nunca pasa nada", se utiliza también al final de la presentación para invitarnos a conocerlo, lanzándonos la inquietante pregunta de: "Y a ti, ¿hace cuánto que no te pasa nada?. Ven a Miravete".
Pero en la web además podemos conocer a cada uno de los habitantes, reservar alojamiento para una escapadilla de fin de semana, o incluso ayudar a que la iglesia se restaure comprando online pequeñas réplicas de los personajes, eso sí, a 180 euros la figurita.
Y ahí no acaba todo. Como último link de la página se encuentra la opción de acceder al I Open Internacional de Ordeño de Cabras, donde a través de un juego nos invitan a competir para lograr el mayor número de litros ordeñados, siempre que no se canse la cabra y vuelque el cubo.
Con unos objetivos inquietantes, Shackleton presenta esta peculiar campaña, rebosante de creatividad, lo cual se agradece en estos tiempos, y con el resultado, al menos, de haber generado una imagen fascinante y encantadora de este recóndito lugar en el que, como incide de nuevo Cristóbal, "hasta las películas de acción se lo toman con calma".
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Algunos spots de la campaña:
Un tiempo después pudimos descubrir la explicación de la misteriosa campaña..
