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Las apps favoritas de los Millennials

Las apps favoritas de los Millennials
Viernes, 20 de noviembre 2015

Frívolos e indolentes para algunos, sociales y sobradamente informados para otros, los Millennials son un lucrativo target comercial que no se despega del móvil ni a sol ni a sombra. Entre sus apps favoritas figura la clásica Instagram y la explosiva Snapchat, entre otras muchas.

Cuando salimos de casa ya no solamente nos preocupamos por llevar las llaves o la cartera encima. También el smartphone es un compañero diario fundamental, cuya ausencia nos podría provocar más de un ataque de ansiedad por separación. Esta necesidad se acrecienta en el caso de los Millennials, el colectivo que va entre los 15 y los 30 años. Si una persona de media desbloquea el móvil un centenar de veces al día, ellos triplican el dato con las visualizaciones diarias de su pantalla, ya que se sienten desconectados del mundo cuando no tienen batería o su teléfono no está cerca. Pero, aunque ellos también usan mucho WhatsApp y Facebook, también tienen otras preferencias de comunicación e interacción entre amigos y/o marcas.

Si hay un fenómeno cultural destacable en la generación Millemnial que se ha extendido a todos es el de las autofotos, más conocidos como selfies (o, antes, conocidas en España como “foto Tuenti”). Estas imágenes, junto a las videollamadas, han provocado que las cámaras delanteras de los dispositivos no solamente sean imprescindibles, sino que vayan ganando en resolución y nitidez. Snapchat es una de las apps que triunfa entre los más jóvenes y que los adultos entienden menos, ya que se usa para transmitir efímeramente selfies, fotos y vídeos de nuestra vida cotidiana. Sirve para esos ratos que queremos mostrar pero que no queremos ni almacenar ni que nadie lo haga en sus dispositivos. También es una buena plataforma de contenidos para medios de comunicación, que aprovechan The Daily Mail, CNN o Mashable, entre otros. Y, ojo, puede ser una de las plataformas publicitarias del futuro cercano, si las marcas terminan de aceptar la necesaria verticalidad de los contenidos en estas pequeñas pantallas.

Internet comenzó a aniquilar el amor romántico, pero los smartphones han terminado en convertirlo en un juego tipo “ésta sí, ésta no”. Tinder es la aplicación más representativa de lo más básico de la gamificación a una app de ligoteo. Ya no hay que hacer búsquedas en webs de contactos y perder el tiempo chateando. Simplemente con conectar tu cuenta de Facebook, elegir tus mejores galas (foto) para tener una buena marca personal y deslizar el dedo a izquierda o derecha puedes decir si te gusta o no una persona que esté cerca de ti. Esta app ha sido copiada por otras parecidas o de otros sectores, pero en el caso de que las marcas tengan que hacer una apuesta para llegar a los Millenials lo mejor es quedarse con la original .

Twitter ha perdido un poco de fuelle entre las generaciones más jóvenes, aunque está haciendo muchos esfuerzos por rehacerse y presentar sus contenidos de forma más atractiva. Sin embargo puede que cuente con dos balas en la recámara: Vine y Periscope. Esta última es una app para hacer vídeo en streaming que supera de largo los diez millones de usuarios y ha tumbado a la que inició todo: Merkaat. En un primer tiempo el formato era vertical, pero ahora también acepta retransmisiones horizontales.

Si tuviéramos que nombrar una aplicación que fuera complicada de entender tendríamos que hablar de Yo. Una app que sirve solamente para decir “Yo” en planes, cenas, reuniones... En un sólo toque y sin necesidad de escribir nada con el teclado. Puede parecer estúpida o que no sirve para nada, pero en muchos países causa furor.

Los jóvenes también tiran a lo más clásico e Instagram es una de sus redes sociales favoritas, que ha sabido mejorar para ofrecer algo más que filtros: mensajes directos, microvídeos, apertura del formato vertical, etc... La publicidad entre las imágenes de tus contactos no es excesivamente intrusiva y está muy bien implementada, además de ser un nicho de ‘influencers’ en muchos sectores.

Un reto para las apps de pagos móviles es llegar a este nicho de público que confía menos en los bancos y prefiere mover pequeñas sumas de dinero. En Estados Unidos existen muchos servicios que han crecido al amparo de los dispositivos móviles, como Venmo o Square Cash. En España tenemos Wizzo (BBVA) o Yaap Money, una iniciativa de La Caixa, el Santander y Telefónica para hacer micropagos entre amigos. ¡Que nadie se vaya de una cena de colegas sin pagar!


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