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My Major Company aterriza en España

My Major Company aterriza en España
Viernes, 25 de enero 2013

Entrevistamos a Maxime Dodinet y Borja Prieto, responsables de My Major Company en España.

My Major Company es una empresa de crowdfunding con muchas particularidades que se ha lanzado en España hace un mes y medio. “Creemos que el crowdfunding está aquí para quedarse y, en el momento que está atravesando nuestro país, se puede convertir en una alternativa clave para la financiación de proyectos”, nos introduce Borja Prieto, proveniente de “una industria como la musical, estropeada desde hace tiempo y en la que la gente tiene mucha desconfianza. Y, a la vez, se está creando un vínculo muy fuerte entre los creadores y sus fans”. Maxime Dodinet, que llegó a España por una motivación musical, estuvo trabajando en una agencia valenciana que tenía un pequeño sello musical, y de ahí se unió a este nuevo proyecto. My Mayor Company es una firma internacional que lleva funcionando ya unos tres años, y con el desarrollo en nuestro país viene también un plan de expansión a Latinoamérica, “que iremos desarrollando desde aquí desde el próximo mes de enero”.

Se está creando, a la vez, un ecosistema de socios, grandes empresas independientes que logren potenciar la apuesta de My Major Company, que ofrece dos modelos de negocio. Por un lado el modelo comisionista, que es en lo que se basan otras apuestas como Verkami, Kickstarter etc., en lo relacionado a la financiación en masa de proyectos. En segundo lugar está el trabajo desarrollado desde la propia compañía en la búsqueda de partners (firmas, marcas…) que sirvan de ‘imanes de proyectos’ para la plataforma, algo sobre lo que veremos novedades en un futuro a corto plazo.

A ello se añade otra interesante apuesta en My Major Company que le viene dada por su propia naturaleza: un sello discográfico (ya lanzado en la firma en Francia), que nació de un equipo de directores artísticos de compañías discográficas quienes, cansados del derrumbe de la industria, vieron en la subvención de artistas y en la estrecha relación con los medios un modo de solucionar esta desastrosa realidad en el mundo discográfico. En Francia, siguiendo el modelo de música, lo extendieron a una editorial y a la publicación de libros. De momento, en My Major Company en nuestro país encontramos proyectos de cine documental, de música y de publicaciones, aunque “empiezan a surgir proyectos tecnológicos y estamos recibiendo otros de gagdets, ONGs…” explica Prieto.

My Major Company

 

¿Un mercado con demasiadas opciones?

“El crowdfunding está creciendo y cada vez hay más plataformas. Creo que tenemos ventajas como un fuerte apoyo desde Francia y la relación desde hace mucho tiempo con los medios de comunicación. Nuestro trabajo diario es el marketing de guerrilla y concebimos que podemos ayudar a muchos proyectos casi como una agencia”, opina Prieto. Si a ello se le añaden un buen paquete de novedades para el año que viene, conviene no perder la pista a esta compañía.

Pero, ¿qué opinión sobre el crowdfunding tienen los propios artistas? Para Borja, “es un movimiento valiente que parte de una necesidad de estructura dañada en la industria musical. Pero es cierto que a muchos artistas les da vergüenza asumir el fenómeno porque lo ven como pedir limosna, no como una oportunidad de ofrecer una especie de ‘precompra’ totalmente transparente, en un entorno tecnológico en el que el propio autor te explica dónde va destinado cada céntimo aportado por los fans. Y es un sistema muy bueno de testeo de producto que nos ayudaría a evitar fallos y pérdida de dinero que antes era imposible evitar”.

Según Maxime, “cualquier persona puede presentar un proyecto, pero es importante que quien lo haga cuente con una buena comunidad de apoyo detrás y un intenso trabajo previo en redes sociales. Si cuentas con una serie de ‘fans, friends and family’, tienes mucho ganado a la hora de conseguir tus objetivos.

Realismo presupuestario

Las variedades del crowdfunding son muchas, y esto no consiste “en que te paguen hasta el taxi que te pilles para ir al estudio de grabación. Hay que ser conscientes de que hablamos de una ayuda en la financiación de proyectos. En el mundo del cine lo hacen muy bien, y habiendo perdido muchas subvenciones que antes sí llegaban, buscan una financiación de 30.000 euros en vez de 200.000. Yo mismo estoy pensando en reeditar un disco ahora, y no pienso pedir lo que me cuesta, buscaré una ayuda porque además sé que si pinto bien las recompensas y hago ruido, puedo recibir más. Un artista con proyecto en My Major Company, Luis Ramiro, buscaba 12.000 euros y lleva 17.000 a 25 días de terminar su ronda, y además ayer vendió dos conciertos”.

La música está viva

“De hecho está más viva que nunca -afirma un convencido Prieto-, hay una revolución, pero entiendo que eso choque. Las fuentes de ingreso están más particionadas, hablamos del contenido más consumido y compartido en Internet, las salas de conciertos están a rebosar… Pero la industria se tiene que reciclar, como lo está haciendo en Estados Unidos”. Además, el artista ha vuelto a tomar el control de su propia carrera, una clave importante que se añade a otro aspecto: la industria discográfica lleva en crisis aguda ocho años. Otros sectores no tienen, según Borja, ese camino recorrido y ese tiempo ‘ganado’ en cierta medida.


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