Frases como “el presidente de la Academia de Cine se ha reunido con los internautas para analizar la situación de la piratería en Internet” rebajan a quien las dice a la condición de necio redomado; y si encima la frase se publica en titulares de prensa la cosa empieza a tomar cariz de delito de lesa inteligencia. Es algo así como decir “el presidente del gobierno se ha reunido con la humanidad para analizar el problema del hambre en el mundo”.
No obstante, durante el último mes en que Álex de la Iglesia ha ejercido de aprendiz de brujo en la Academia de Cine se han leído y escuchado sin parar este tipo de tonterías. Si hacemos un esfuerzo por tomarnos en serio estas reuniones, y dado que es imposible reunirse físicamente con “los internautas”, debemos empezar por deducir que se trata de una reunión con los “representantes de los internautas”. Pero la voluntad de creer en esa premisa se hunde bajo el peso de infinitas preguntas: ¿quiénes son esos representantes? ¿quién los ha elegido? ¿en qué proceso democrático? ¿bajo qué normas? ¿cuánto dura su mandato? ¿a quién representan exactamente? ¿en nombre de quién hablan? ¿por qué no me preguntaron si estaba de acuerdo con ser representado por estos sujetos? Etcétera. Según parece, no se pidieron credenciales de este tipo para acudir a la reunión en la Academia: la única condición era ser seguidor del twitter de Álex de la Iglesia, lo cual no deja de ser un poco bananero.
Por lo menos a Álex de la Iglesia lo eligieron sus representados. Otra cosa es que una vez elegido confundiera su veleidosa opinión personal con la de la institución que preside, pero al menos estaba mínimamente legitimado para hablar en nombre de los afectados por la piratería en Internet. Lo que no se comprende, a menos se que se parta de la idea de que el ser humano puede ser infinitamente caradura, es que la otra parte se arrogue el honor de defender los derechos de los internautas. ¡Casi nada!
Otra posibilidad es que no hayamos entendido bien el término “internauta”. Yo creía que internauta era todo aquel que usa Internet, pero a lo mejor resulta que “internauta” es sólo aquel que usurpa propiedad intelectual y quiere seguir haciéndolo con total impunidad, o tal vez “internauta” es sinónimo de “seguidor de @alexdelaiglesia”. Los demás somos advenedizos que “no entienden el futuro”.
Son muchos los artistas y creadores de contenidos que han tenido que salir a la palestra a decir que ellos también son internautas. O sea, que navegan por la www desde distintos dispositivos telemáticos, tienen correo electrónico, chatean, tuitean…. y además son autores (algunos hasta son socios de la SGAE o ministros de cultura).
Lo siento mucho por los amos del control, pero Internet es demasiado grande para encajar en estos moldes, es un mar al que es inútil ponerle puertas. Paradójicamente, es precisamente su enormidad lo que va a hacer que la Ley Sinde no sirva prácticamente para nada, y es su enormidad lo que hace absurdo que alguien hable en nombre de sus usuarios.
