Videology apunta cuatro claves sobre las que comienza a desarrollarse "La nueva era de la TV total", según se analizó en la mesa "El futuro del vídeo", que contó con la participación de compañías como Zenith Media, Movistar+ y Telepizza:
1. Personalización… pero sin abusar de la privacidad del usuario – la gran tendencia durante este año será ver la evolución en el grado de personalización al que llegarán los anunciantes en sus propuestas publicitarias. Será crucial seguir al público en los distintos canales a través de los cuales accede al contenido y sacar partido a la ingente cantidad de datos sobre cada usuario anónimo para ofrecerle experiencias personalizadas.
2. El consumidor marcará qué formatos prefiere y cuándo lo quiere – cada vez más, todos los actores del ecosistema de publicidad en vídeo, desde anunciantes y agencias a los propios medios, necesitarán adaptarse a los formatos de preferencia que marquen los consumidores. En un entorno en el que cada vez hay un mayor conocimiento de los usuarios, sus hábitos y los momentos de contacto con la marca, será clave también analizar ese uso que dan a los productos y servicios para desarrollar los formatos más relevantes y exponerlos al consumidor en los momentos clave en los que toman sus decisiones de consumo.
3. Convergencia de TV y vídeo online en ‘contenidos audiovisuales’ – Las emisiones lineales ya no son, ni de lejos, el principal momento de consumo de contenidos audiovisuales. De hecho, este consumo está cada vez más disgregado, esparciéndose por distintas líneas de tiempo y multitud de dispositivos. En un entorno convergente de TV y vídeo online, unificar métricas y ser capaces de construir audiencias dispersas será clave para entender el consumo real de los contenidos audiovisuales premium y sacarles el mayor partido, tanto desde la óptica de los medios como desde el punto de vista de las marcas anunciantes.
4. Mayor presión para medir audiencias en ‘jardines cerrados’ – anunciantes y agencias necesitan cada vez más información sobre las audiencias de los denominados ‘jardines cerrados’. Google, Apple, Facebook o Amazon aglutinan una buena porción del consumo de contenidos audiovisuales dentro de sus propias plataformas propietarias, y el ecosistema ve cada vez más apremiante que estén sujetos a la misma medición de terceros para poder obtener información sobre sus audiencias y ejecutar mediciones comparables con las campañas desarrolladas en otros medios.