El artista urbano Banksy ha dejado impresa en un muro de un campamento de refugiados en la ciudad francesa de Calais una de sus mejores obras de denuncia social. Se trata de la imagen de Steve Jobs cargando una bolsa de basura y un ordenador Macintosh de primera generación. Un retrato inusual para recordar al mundo que el fundador de Apple era, nada más y nada menos, que hijo de un inmigrante sirio en Estados Unidos. De esta manera Banksy pretende dar visibilidad a la inmigración y los beneficios sociales que ésta puede generar en el país de acogida. Una poderosa llamada de atención a los gobiernos europeos que hoy en día siguen deliberando sobre las medidas a tomar para lidiar con la peor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial.