Instagram es el canal con mayor crecimiento desde 2017 en redes sociales, habiendo sabido adaptarse a tendencias y habiendo superado a sus adversarios cuando parecía que iban sacando la cabeza. Dicen que fue una gran apuesta de Mark Zuckerberg cuando anticipó que Facebook se le había ido de las manos. También tuvieron muy claro que iban a evitar los errores cometidos con Facebook a nivel de presencia de contenido promocionado. No olvidemos que Instagram es posiblemente el canal en el que las marcas están apostando más, pero también donde no tienen los privilegios a los que estaban acostumbradas: a nivel de medios no hay formatos de captación de seguidores ni de `regram´; es pura meritocracia, tu `performance´ depende de lo que gustéis tú y tus contenidos. La inversión te dará visibilidad, pero el `engagement´, la captación y las ventas dependen de la creatividad y la estrategia. Y no lo estaremos haciendo tan bien cuando entre 50 marcas analizadas, partes de los contenidos generados por usuarios generan mayor `engagement´ que aquellos producidos por las marcas y sus agencias.
El problema del % de las marcas
Esta selección natural en Instagram tiene unas implicaciones muy claras: si eres una `lovebrand´ tienes la mayor parte del trabajo hecho. Tus seguidores te quieren y el dedo se les irá al corazón (literalmente) cuando vean tus publicaciones. Pero si no soy una `lovebrand´, ¿Instagram no es para mí? En absoluto. Pero necesitas algo más que unos contenidos preparados por tu mejor director de arte para petarlo en este canal y destacar sobre los contenidos de los amigos del usuario. Si no paran el `scroll´ por ellos, ¿pararán por ti?
A todo esto, ¿lo que comunicamos interesa a todos nuestros seguidores? ¿Deberíamos hacer más `show of´ de producto o de sus territorios? ¿Queremos mucho volumen de seguidores o ser selectivos? ¿Cómo medimos el éxito? ¿Preparamos sesiones de `photoshooting´ carísimas o tiramos de fotos de `stock´ sin personalidad? Éstas y otras preguntas atormentan a la mayoría de agencias y clientes. Veamos las respuestas que hemos encontrado.
Cómo controlar ese dedito
En el mundo del gran consumo siempre se ha dicho que una buena estrategia permite controlar al consumidor cuando está delante del expositor en el supermercado. En Instagram, nuestra estrategia debe controlar el dedo del usuario para parar sus `scrolls´ y `taps´. ¿Cómo?
Si además cada contenido respira los valores y territorios de la marca, tu contenido será efectivo y no solo estarás “publicando contenido en Instagram”, sino cumpliendo objetivos de `branding´, `engagement´, tráfico, ventas... Sí, Instagram está día a día mejorando CPA a nivel de ventas por medio de `shopping posts´ y estrategia de (micro)influencers. Herramientas como Neeuton, además, dan un paso más en la estrategia de Instagram combinándola con el CRM y el estudio de mercado, pudiendo detectar `hot prospects´ a través de acciones o comportamientos: ¿qué marca de vestidos de novia no quisiera saber cuándo una Instagrammer anuncia su compromiso? ¿O una marca de pienso para mascotas detectar si sus seguidores top tienen mascota?
Instagram sigue creciendo pero no podemos usarla como veníamos usando Facebook o Twitter durante años. Tal vez sea el momento de replantear la estrategia de tus marcas en este canal.
Por Edu Corral, Founder & CTO de BUZZ