Cocinar siempre ha consistido en experimentar, probar combinaciones de ingredientes, y, por qué no decirlo, ensuciarlo todo. Sin embargo, parece que últimamente nos preocupamos más de que nuestros platos queden impecables, estéticos y perfectos para Instagram que de pasarlo bien cocinando: según un reciente informe de Mintel, el 32% de los consumidores suele fotografiar sus platos y comidas y, de éstos, el 60% las comparte con sus amigos por Whatsapp, el 43% las sube a Facebook, el 31% a Instagram y, por último, el 28% de ellos las sube a Twitter. El 68% del atractivo de un plato está en su diseño y estética, por encima de los ingredientes, que sólo tienen una relevancia del 8%. Por este motivo, Vileda, de la mano de Proximity Barcelona, ha lanzado La Cocina Cochina, un alegato por la vuelta a la autenticidad a nuestras cocinas.
De esta manera, la marca perteneciente al grupo Freudenberg se apunta al “antipostureo” y nos invita a divertirnos en la cocina, sin que importe nuestra maña con los cuchillos o el resultado final de los platos. Volver a cocinar en pareja, con hijos o incluso con amigos, dejar la encimera bien pringada… Y es que, gracias a la eficacia de la nueva bayeta Actifibre, no deberemos preocuparnos por la suciedad.
La campaña se ha presentado con un divertido vídeo manifiesto que remarca la necesidad de que volvamos a ser cochinos en la cocina. También se ha lanzado la web www.lacocinacochina.com, acompañada por acciones de comunicación de apoyo en las redes sociales de Vileda y una promoción en punto de venta en la que Actifibre sortea 10 cenas diarias entre los compradores del producto. Todo con un mismo objetivo: que, a la hora de cocinar y comer, nos dejemos de artificios.
