“No fabrican coches como los de antes”. “Ya no se hace música como la de los 70”. “Toda campaña de marketing de activación pasada fue mejor”. Sin duda, el pasado ha sido el verano de la nostalgia; la nueva normalidad nos ha hecho mirar hacia adentro y hacia atrás, haciéndonos recordar aquellos veranos de hace veinte años. Lo hemos visto en las campañas de turismo, que han apelado a la añoranza de aquellos tiempos. Incluso Pescanova ha rescatado a Tito y Piraña para anunciar sus langostinos. Y, cuando miro atrás, no puedo no acordarme de aquellas acciones promocionales que nos trajeron el mítico balón de playa de Nivea, la gorra de Caja Rural o el revolucionario ‘beeper’ de Coca-Cola, que se convirtió en todo un fenómeno social en los años noventa. Y es que antes de que los móviles invadiesen nuestras vidas, Coca-Cola hizo más que nadie por nuestra transformación digital con aquella promoción, metiendo en nuestros bolsillos aquel busca del tamaño de un cassette, que hasta la fecha solamente estaba al alcance de profesionales de sectores concretos. No hubo adolescente que no se enterase de la promoción. Tanto fue así que las 350.000 unidades se agotaron en un pispás y más de 800.000 se quedaron sin poder canjear los 15 puntos que habían recogido en las chapas de Coca-Cola. Me pregunto: ¿dónde están esas activaciones de marketing originales y memorables capaces de movilizar a toda una generación? ¿O lo que tenemos es pura nostalgia?
