Cuando pensamos en una campaña digital a todos nos vienen a la mente los mismos formatos y soportes: banners, pop-ups, jumpers, pre-rolls, stickers, stories, sites, landings, Facebook, Twitter, Instagram... Y ahí es donde está el verdadero error. El mundo digital es tan amplio, tanto como nosotros queramos hacerlo, que si partimos de unos límites establecidos probablemente nunca lleguemos a obtener los resultados que deseamos. Por eso, “The Fun Theory” representa a la perfección el comienzo de grandes campañas digitales sin tener que serlo de base. Partiendo de acciones físicas y 100% experienciales, esta campaña demostró la facilidad para convertir una acción en viral si hay un buen concepto detrás. Basada en el insight más reconocido por el sector, y que ya habían usado otras marcas previamente, Volkswagen logró trasladar la parte más divertida de la conducción a través de sensaciones reales y convertir una serie de experiencias en acciones que no solamente servirían construir en marca, si no también en concienciar sobre determinados prejuicios vinculados a la conducción.
Logró hacer disfrutar a miles de personas en el mundo y llegó a sorprender a otras y a reflexionar a algunas. Logró que lo “real” y lo “digital” se integraran, siendo uno solo y que una serie de acciones se convirtieran en auténticas piezas virales enfocando el disfrute desde diferentes ángulos y todos ellos reforzando los valores y la identidad de marca. Lo hizo con una base firme, unas acciones notorias y unas experiencias reales. ¿Alguien pensaba que no se conseguirían los grandes resultados a nivel digital que logró esta campaña sin “serlo”?