Lo primero que sentí al ver “The Epic Split” fue la clásica envidia que sentimos al ver una campaña de esta envergadura. Ese sentimiento que te entra cuando estás delante de algo incontestable.
Todo en esta pieza encaja para que te guste y quieras compartirlo. La elección del protagonista, un actor de películas de acción de los años noventa venido a menos, que despierta la nostalgia. Una realización magnifica, que te atrapa de principio a fin. Y la música de Enya, que añade la parte épica pero también ayuda a la parte humorística. La pieza es seria, es grandiosa, pero todo en ella te arranca una gran sonrisa. Desde Forsman & Bodenfor lograron convertir una demo de producto en uno de los vídeos virales con carácter comercial más exitosos a nivel global.
La campaña, que forma parte de una serie de vídeos de demostración de producto, cada cual de ellos más espectacular, volvió a poner de moda situar al producto en el centro de la comunicación. Nos recordaron que podíamos hacerlo de una forma notoria y divertida, algo que Bernbach ya hacía con Volkswagen varias décadas atrás. Pero, además, inició otra tendencia. Hacer superproducciones no destinadas a televisión. No fueron los primeros, pero quizá los que más éxito obtuvieron. Parecía (y parece) que sin una inversión fuerte en televisión, no se justifica un presupuesto alto de producción. Bueno, seguramente este haya sido el anuncio más visto y recordado de la historia de Volvo, y ninguno de nosotros lo vimos en ‘prime time’.
