Cuerpo y alma. Un debate antiguo, de cuando los griegos, Descartes y esas cosas. Imagínate lo viejo que es el tema. Pero con “Hologramas” volvió con aires muy nuevos. ¿Será prescindible nuestro cuerpo? ¿Quiénes somos? ¿Qué nos define? Este tema es una caja de Pandora que a mí no me da lo suficiente este espacio.Pero, antes de entrar en barrena, me gustaría recordar ese capítulo de la serie de HBO “Years and Years” en el que la hija mayor le plantea a la madre deshacerse de su cuerpo (ella no lo plantea como un suicidio, ojo) y traspasar su cerebro (al- ma) a una computadora. ‘Innecesary flesh’. Ya llegará. El cine acierta a menudo.
La campaña de DDB no es solamente un éxito creativo y publicitario por utilizar una tecnología “nueva” o “innovadora”. La tecnología es como la vida de una mosca, un día es noticia y al otro ya es papel para secar suelos. Lo que es innovador es darle a la tecnología un servicio útil para la ciudadanía. También podríamos darle un uso innovador al velcro. Sería incluso más innovador. Esa es la ‘raw creativity’. La “wena”. Pero creo que esto va mucho más allá del debate creativo y publicitario. Creo que nos devuelve la sombra del debate viejo, del debate de los griegos. Ahora no voy a entrar a hablar de política, ni de lo que significó la reivindicación de algo tan tan tan importante como el derecho a la manifestación que nos retiraron. Y menos después de haber pasado un confinamiento, sin presencia física, sin abrazos, sin contacto, pero con muchas muchas vídeollamadas. Reabramos el debate, hablemos de como usaremos en el futuro la tecnología para proteger nuestro cuerpo de la guerra, de las enfermedades, de las injusticias (como en el caso de esta campaña). ¿Será nuestro envase, nuestra ‘flesh’, nuestra carne, nuestro cuerpo un día innecesario? Que de una idea del 2015 podamos enlazar a una pregunta de este calibre, eso es lo que hace de esta una idea “perennemente” innovadora.
