Jesucristo abre una cuenta en Twitter

Jesucristo abre una cuenta en Twitter
Domingo, 13 de noviembre 2022

La suscripción para obtener la marca azul de verificación de cuentas en Twitter ha resultado ser un fiasco absoluto, pues han surgido cientos de impostores dispuestos a pagar 8 dólares para hundir la reputación de grandes empresas, o simple y sencillamente, echarse unas risas suplantando la identidad de celebridades.

“Tengan en cuenta que Twitter hará un montón de cosas tontas en los próximos meses. Dejaremos lo que funciona y cambiaremos lo que no”.  Así justificaba el nuevo dueño de la red social, Elon Musk, los fallos del nuevo servicio de suscripción que permitía lograr la marca de verificación azul por una cuota de 7,99 dólares al mes. Nos referimos a la gran cantidad de impostores que obtuvieron dicha marca para hacerse pasar por celebridades. El absurdo llegó hasta tal punto que incluso apareció un Jesucristo con verificación azul.

Pero más allá de suplantaciones jocosas, lo cierto es que la precipitada puesta en marcha de la marca de verificación azul ha tenido serias consecuencias para empresas como la farmacéutica Eli Lilly y la armamentística Lockheed Martin, víctimas de sendos impostores a los que no les importó pagar 8 dólares para hacerse pasar por dichas compañías y hundir su reputación: uno tuiteó que la insulina era gratis y el otro que paralizaba la venta de armas a Arabia Saudí, Israel y Estados Unidos hasta que “se lleve a cabo una investigación sobre su historial de abusos contra los derechos humanos”. Ambas empresas se desplomaron en Bolsa.

Pero eso no es todo. Otras conocidas marcas se han visto fácilmente suplantadas para reírse de ellas o boicotear sus productos: Nestlé anunciaba que robaba agua para luego venderla, Nintendo compartía una foto de Súper Mario haciendo una peineta y Pepsi confesaba que Coca-Cola es el mejor refresco. Todo un despropósito que, si bien, ya ha sido subsanado cancelando la mayoría de los perfiles falsos, ha provocado una retirada masiva de anunciantes en la red social.

Y es que la marca azul se puso en marcha precipitadamente el pasado fin de semana para luego suspenderse con el fin de evitar que falsos verificados interfiriesen en las elecciones legislativas de EE.UU. Una vez terminados los comicios, se recuperó con una novedad: la distinción entre marcas azules (de pago) y grises (oficiales). Estas últimas estaban destinadas a cuentas gubernamentales, empresas, socios comerciales, medios de comunicación, editores y algunas figuras públicas. Pero el caos ha sido tal que Musk ha decidido suspender provisionalmente la verificación por suscripción. Y así, a golpe de ensayo y error, Twitter pende de un hilo, o mejor dicho, de las ocurrencias de un millonario que paradójicamente proclamó “poder para el pueblo” nada más hacerse amo y señor de la red del pájaro azul.  


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