Hobbes hacía referencia a la información, pero hoy en día el poder reside no solo en poseer la información, sino también en cómo se gestiona para convertirla en algo ventajoso. En este entorno marcado por la tecnología, le hemos dado una vuelta de tuerca al binomio información y poder a través del Big Data. Los algoritmos estaban destinados a convertir datos en valiosa información, capaz de facilitar la toma de decisiones y convertirlos en oportunidades de negocio para muchas empresas. Los datos han sido siempre importantes para cualquier compañía, pero lo novedoso es la dimensión que hoy adquiere todo. Siguiendo la hoja de ruta trazada por gigantes como Facebook, Amazon o Google, que basan su poder en la combinación de datos y algoritmos, cada vez son más las empresas que invierten cuantiosas cantidades de dinero en Big Data. Las empresas tecnológicas han abierto la veda, pero el creciente interés de compañías de todos los sectores por este nuevo entorno es extraordinario.
En el sector de la comunicación no somos ajenos a este fenómeno que nos exige ser capaces de interpretar los datos clave en términos comunicativos y lograr que las empresas y las marcas para las que trabajamos, consigan adaptarse mejor a las necesidades de todos sus grupos de interés, de todas sus audiencias. Tenemos el desafío de saber manejar este Big Data para entender el perfil, las necesidades, y el sentir de nuestros clientes, cómo interactúan y cuáles son las claves de su sector. Los datos suponen un desafío también para los profesionales de la comunicación, su papel estratégico es ya una pieza clave en nuestro trabajo diario.
