No disparen al pianista

No disparen al pianista
Martes, 20 de octubre 2020

"No tengo dudas que en el medio plazo los consumidores valorarán aquellas marcas que han sabido dar un uso racional de sus datos consiguiendo un grado óptimo de intimidad y respetando en todo momento su privacidad".

Cuando hace unos días me pidieron escribir este artículo tuve la tentación de hablar de mi libro: innovación, tecnología, datos .... Sin embargo, desde mi atalaya de tecnólogo, cada día estoy más convencido de que nuestro lado humano es aquel que genera las cosas más brillantes y maravillosas de nuestra vida, y el mundo del marketing no es diferente. Por el momento, y dudo que podamos hacerlo en el futuro, no hemos sido capaces de plasmar en ningún modelo de inteligencia artificial la emoción que genera la creatividad humana. Parece difícil hablar de inteligencia sin creatividad y, como decía antes, por el momento la inteligencia artificial carece de esta última. Marcas y agencias, debemos potenciar la belleza de los mensajes, aquello que engancha a nuestros clientes, que nos identifica, que genera marcas con identidades fuertes. A la belleza debemos unir la pertinencia y la liquidez de las ideas, es decir, la capacidad de adaptar nuestros mensajes a los canales por los que deben fluir de manera natural.

Es en la pertinencia donde entra en juego la tecnología, esta debe ayudarnos a conocer mejor a las personas con las que queremos relacionarnos. Al fin y al cabo, las marcas desean conocer mejor a sus clientes para aportarles un mejor servicio, algo que responda a sus necesidades o simplemente que les genere experiencias o emociones. En un momento en el que la identificación con las marcas sigue cayendo, en el que cada vez más evaluamos servicios de manera inmediata y cambiamos de proveedor de forma instantánea, se hace imprescindible potenciar ese conocimiento.

Relacionado con este conocimiento y a la colecta masiva de datos a la que asistimos actualmente, deberíamos distinguir entre los conceptos de privacidad e intimidad. Resulta lícito que queramos conocer mejor a nuestros clientes y a tal efecto recopilemos información sobre estos últimos, pero existe una delgada línea roja que separa la intimidad de la privacidad.

Entre todos debemos fomentar un uso razonable de los datos de nuestros clientes sin poner en riesgo su privacidad y siempre en aras de aportarles un valor añadido proporcionado. En este sentido, la LGPD (Ley General de Protección de Datos) representa un paso importante que debería ser complementado con una mayor concienciación de la sociedad sobre el valor de los datos que generamos en cada momento de nuestras vidas. No es menos cierto que, aunque lentamente, esa concienciación va avanzando y no tengo dudas que en el medio plazo los consumidores valorarán aquellas marcas que han sabido dar un uso racional de sus datos consiguiendo un grado óptimo de intimidad y respetando en todo momento su privacidad.

Volviendo al mundo del marketing y de las relaciones entre las marcas y sus clientes, una aproximación híbrida que sea capaz de aunar creatividad, tecnología y datos debe permitir obtener una visión clara tanto de las necesidades de los consumidores como de los cambios comportamentales que están sucediendo en nuestra sociedad. El contexto actual no ha hecho más que acelerar estos cambios provocando una báscula cada vez más importante hacia el mundo digital. Precisamente ahora que nuestras relaciones son cada vez más virtuales debemos potenciar nuestro lado creativo que es aquel que nos humaniza como sociedad.

La tecnología debe complementar y ser catalizador de los equipos creativos, los tecnólogos en este sentido debemos ser navegantes que permitan detectar e introducir aquellas soluciones que aporten valor al conjunto evitando en todo momento un excesivo sesgo tecnológico. Asistimos a una invasión de soluciones tecnológicas, pero créanme las cosas no se arreglan a golpe de plataformas.

Esta aproximación pluridisciplinar es la que ponemos en marcha en Manifiesto Audiences & Tech. Expertos en creatividad, tecnología, datos e innovación capaces de detectar y conectar las marcas con sus audiencias. Esas audiencias que hoy más que nunca están en continuo movimiento. Buscando esa belleza y pertinencia imprescindibles para garantizar el éxito de cualquier acto de comunicación. Todo con mucha actitud, la actitud Manifiesto.


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