Javier Sánchez y Fernando Andina, ambos ingenieros informáticos con experiencia en distintos campos -respectivamente marketing y publicidad, y desarrollo de negocios en Internet-, pusieron en marcha BeHappy con el objetivo de aplicar un nuevo modelo de ingeniería del software para solucionar los cuellos de botella más comunes, basándonos en dos pilares: diseño orientado al usuario final y código seguro -como requisito, y desde el principio-, explica Sánchez. El nombre de la compañía, lejos de ser algo circunstancial, es toda una declaración de intenciones: Buscamos hacer simple la tecnología, economizar los recursos de los clientes, hacerles partícipes de todo el proceso y producir no solo más rápido, más barato y con una mejor apariencia, sino también con una calidad superior a los modelos tradicionales; en definitiva, de una forma más eficiente y sostenible.
Entender la realidad de los clientes
Cuando la compañía comenzó a gestarse, señala Sánchez, nos dimos cuenta de que la aplicación que se estaba haciendo de la tecnología desde hacía algunos años no era la adecuada; es más, los proyectos eran caros para las empresas y desagradables al usuario final. El malgasto de recursos es, a su juicio, uno de los problemas más comunes: El coste de los proyectos se dispara absurdamente debido a una mala gestión o por propio desconocimiento de los agentes implicados, y al final las implementaciones no resultan tan efectivas como debieran. En ese sentido, subraya, entender que las necesidades cambian, que aparecen nuevas oportunidades continuamente e ingeniar iniciativas para superar límites conocidos es la base de nuestro know-how. Porque si la gente no es la misma que hace diez años, sus necesidades no tienen por qué ser iguales, ni tienen por qué ser resueltas de la misma manera.
Modelo win-win
Con 15 empleados y sedes en Madrid (España) y Córdoba (Argentina), BeHappy busca ser el compañero de negocios ideal de sus clientes, y ayudarles a potenciar sus negocios al máximo a través de la selección y adaptación de las líneas de I+D+I que mejor les puedan ayudar.
En este sentido, aclara Sánchez, no somos un simple proovedor que un día te da un dominio, otro día una web y mientras tanto no hay nada de que hablar; vamos más allá. Queremos que el cliente nos vea como su propio departamento de estrategia y tecnología. Mediante la creación de partnerships tecnológicos con clientes -principalmente Pymes, autónomos y particulares que buscan competir con empresas más grandes y necesitan alguien que les guíe tecnológicamente-, establecen un modelo de relación win-win orientado a mejorar resultados. De esta forma, señala el CEO de BeHappy, nuestros ingresos dependen directamente del rendimiento obtenido, lo cual nos obliga a involucranos en todos y cada uno de los procesos, y a hacer el trabajo como si fuera para nosotros mismos.
Servicios y clientes
La compañía proporciona desarrollo de software a medida (con especialización en entornos web y móvil) para Pymes y particulares; diseño gráfico; desarrollo de identidad corporativa y UserExperience (UX), gestión y control de campañas de marketing en Internet. Asimismo, incluye motion graphics y 3D; email marketing; infraestructura cloud totalmente administrada; creación de contenidos y dinamización de comunidades; auditoría de seguridad (sistemas y software); y servicios de consultoría hiperlocal.
A día de hoy, atienden las necesidades de clientes en América, Europa y Asia, entre los que figuran Milesman, GretaHelps, Lunch&Dinner, Visionarity GmbH, Dacadoo AG. CloudFeet AG, GEIGE Inversiones, Sigfito, Plataforma per Catalunya, Fundación Speiro, Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y la Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP).
Comprender, incorporar, adaptar, explicar
Cuatro son los principios que definen el modo de trabajar en BeHappy. Por un lado, señala Sánchez, comprender la tecnología es importante, pero lo es mucho más comprender la realidad de nuestros clientes. Ello requiere de una estrecha colaboración en su día a día, conocer sus puntos fuertes, sus debilidades... Solo así podremos empezar a pensar en lo que necesitan.
Por otro lado, añade, la verdadera innovación consiste en incorporar elementos (innovación, personas ,) que por separado no significarían mucho, pero que ordenados y conforme a un plan, llegan a producir una función única.
También importante para el CEO de la compañía saber adaptar, porque no es suficiente con saber que hay una solución conocida para un cierto problema, sino que es necesario saber reducir todo a una idea concreta, manejable, entendible, realizable y con visión de futuro.
En esta línea, agrega, muchos proyectos fracasan por no saber centrar los recursos en lo que verdaderamente va a producir una ventaja para el cliente, o por implementar soluciones que realmente no funcionan por miedo a salir de modelos genéricos. Para Sánchez, la creatividad del ingeniero que ha comprendido y estima a su cliente se muestra cuando quiere adaptar la solución al problema, y no el problema a la solución predefinida; es ahí donde puede ofrecer un verdadero valor añadido como experto. En última instancia, destaca, es requisito indispensable que nuestros consultores sean capaces de comunicarse de forma eficiente con los diferentes agentes implicados en los proyectos (cliente, programadores, diseñadores... ), que sepan explicar lo que saben en cualquier circunstancia y a cualquier persona. Sólo se invierte en lo que se conoce, y se conoce lo que se entiende. De ahí que la buena comunicación sea también uno de nuestros pilares de trabajo.
