Algo así pasa cuando los que vivimos esta revolución digital y social desde el corazón de la misma conocemos un nuevo concepto, las X claves para lograr el éxito en una determinada disciplina SM, o los X errores que no puedes cometer en aquella otra.
La agilidad con la que se producen los cambios y mínimos ciclos de vida que poseen la mayoría de las innovaciones, hacen de la labor de “estar a la ultima en 2.0” una misión poco menos que imposible.
Esta realidad no hace ni más ni menos que generar una “ansiedad” a los “profesionales del 2.0” que en mi opinión, si no se gestiona correctamente, puede reducir la productividad, la creatividad y la adaptación de las estrategias a cada anunciante.
Si a todo esto le sumas la lucha que mantienen agencias, soportes y anunciantes por erigirse líderes de opinión SM, nos encontramos con un sector francamente estresado.
Anunciantes y agencias debemos definir claramente qué fuentes de información y comunicación vamos a usar para estar al tanto de las últimas novedades, así como el tiempo que le dedicaremos a dicha misión.
Si lo que tenemos entre manos es un saber social, si es verdad que las redes sociales virtuales no hacen más que reflejar y potenciar las relaciones propias del ser humano, entonces puede que la tienda, el bar o el parque sea donde debamos buscar el conocimiento.