Las redes sociales forman parte fundamental de la vida digital de los más jóvenes, pero hay que tener en cuenta que muchos de los contenidos que se consumen no son siempre reales. De hecho, el uso constante de filtros en las redes sociales se genera por la búsqueda de una perfección estética no real. Según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), la edad de los primeros retoques estéticos en España ha bajado de los 35 años a los 20 en los últimos años. El estar continuamente observando una imagen de uno mismo que no es la real puede dar lugar al deseo de esa imagen, ya que el no conseguirla puede producir un malestar significativo.
La exposición a contenidos que parecen perfectos puede generar que los más jóvenes se comparen, cuestionen su cuerpo e ideen una imagen irreal del concepto de la “belleza”. La psicóloga experta de Qustodio, Gloria R. Ben, explica que “la exposición en redes sociales produce una necesidad de satisfacer expectativas sociales, una aprobación externa, que genera una dependencia de validación extrínseca, además de necesitar el reconocimiento de los otros para satisfacer nuestras necesidades”. Es importante, por tanto, la educación en la realidad, la belleza natural y la importancia de quererse a uno mismo, ya que va a generar que los menores sean más fuertes a la hora de enfrentarse a cualquier problema.
¿Qué peligros pueden tener los filtros?
Los expertos de Qustodio resaltan:
Por su parte, la psicóloga experta de Qustodio apunta que “el diálogo con los hijos, la observación, el poder ser críticos con la perfección, hablar sobre que todos tenemos fortalezas y debilidades y poder decir todo sin juzgar, permitirá a los jóvenes tener confianza en sí mismos y no necesitar utilizar filtros para verse mejor. Es importante que las familias compartan tiempo de ocio y diversión con ellos para ayudarles a entender las redes sociales y tener una interacción positiva con estas plataformas”.