La nueva multa impuesta por la Comisión Europea a Google supone un nuevo varapalo, más simbólico que económico al gigante tecnológico (la cantidad a pagar supone un 1.29% de su volumen de negocio). En esta ocasión, se castigan las prácticas de la división Google AdSense, que ofrece a los sitios web insertar anuncios en espacios concretos de sus páginas a cambio de recibir ingresos si esa publicidad genera visitas. Además, Google subasta todos esos espacios de sites de particulares y empresas entre los anunciantes.
Ahora, Bruselas ha concluido que, entre 2006 y 2016, Google se ha aprovechado de su posición dominante mediante contratos de exclusividad o muy restrictivos para evitar que otros entraran a competir e innovar con sus sistemas de anuncios.
Google aún no ha revelado si recurrirá esta nueva sanción y, en palabras de su Vicepresidente para Asuntos Globales Kent Walker, “Hemos hecho gran cantidad de cambios en nuestros productos para cumplir con las preocupaciones de la Comisión Europea. En los próximos meses, llevaremos a cabo nuevas actualizaciones para dar mayor visibilidad a nuestros competidores en Europa”. Habrá que verlo porque, según Bruselas, el gigante tecnológico "controla el 90% de las búsquedas y más del 75% del mercado de la publicidad online de la UE".
